Este es un llamado a desconectarte de todo aquello que no necesitas saber y que está bajo tu control. Es una invitación a reflexionar sobre lo que te aporta y lo que no, porque al final tú eres quien cuida tu espacio mental.
Una pregunta que recibo con frecuencia cuando hablo de un estilo de vida libre de redes es: «¿Cómo te enteras de lo que pasa?». Honestamente, hay una parte casi mágica en esta respuesta, ya que, de alguna manera, siempre me entero de lo que realmente necesito saber. Pero también hay un enfoque más activo que pongo en práctica.
Este es un llamado a desconectarte de todo aquello que no necesitas saber y que está bajo tu control. Es una invitación a reflexionar sobre lo que te aporta y lo que no, porque al final tú eres quien cuida tu espacio mental.
Hoy en día estamos saturados de información, mucha de la cual no solo no nos aporta, sino que también nos genera malestar: medios, redes sociales, publicidad… ¿Por qué deberíamos enterarnos de todo lo que sucede? Es mucho más natural conectar con lo que genuinamente nos interesa, lo que está a nuestro alcance y afecta nuestra realidad. Cada persona tiene una experiencia única de lo que sucede a su alrededor.
Lo interesante es que, dentro de lo que podemos controlar, podemos cuidarnos de que solo nos llegue aquello que nos aporta valor, y así reducir el ruido mental. Tal vez te estés preguntando: «¿Cómo?». No hay una única fórmula mágica, pero te compartiré lo que a mí me funciona para mantener la paz, el equilibrio y la armonía en mi vida.
Voy a ponerte en contexto: mi estilo de vida minimiza el impacto de la publicidad. No veo televisión ni consumo medios de comunicación tradicionales, casi no uso redes sociales, navego poco por internet, uso Spotify Premium sin anuncios y paso mucho tiempo en lugares sin cobertura, ya que paso gran parte de mi vida en el desierto. Mi fuente principal de inputs es el email, aunque también recibo anuncios en YouTube, ya que no tengo suscripción de pago.
Aunque la cantidad de publicidad que me llega es baja, la que recibo es de alto valor para mí. Soy una gran consumidora de cursos y talleres. Al final, siempre me entero de todo lo que necesito, ya sea de manera «mágica» o controlando lo que está a mi alcance:
- Mi núcleo cercano: Familia, amigos y vecinos me mantienen informada sobre lo que saben que me interesa.
- Email: Aunque tengo que reconocer que mi bandeja de entrada no es la más cuidada, estoy suscrita a lo que me aporta valor. A pesar de tener las notificaciones desactivadas, lo reviso a diario, y mi es mi principal fuente de entrada de información de valor.
- Canales de WhatsApp: Solo formo parte de aquellos que realmente me interesan y no spamean.
- Google: El algoritmo de Google suele mostrarme contenido muy relevante para mí.
Así que, de alguna forma, los cursos que quiero hacer llegan a mí en el momento perfecto, lo mismo ocurre con eventos y noticias. La semana pasada, por ejemplo, me inscribí en una mentoría que ni sabía que existía, justo el último día de inscripciones. En resumen, confío en que todo lo importante llegará a mí, y al mismo tiempo, cuido que la información que quiero recibir efectivamente llegue.
Esta es la fórmula que funciona para mi estilo de vida, pero no es la única. Te animo a descubrir la que mejor se adapta a ti y te ayude a reconectar con lo que realmente importa.